diciembre 9, 2025
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Una tragedia golpeó la noche del martes las carreteras del oeste afgano. Un autobús que trasladaba a ciudadanos deportados desde Irán se vio involucrado en un violento accidente en el distrito de Guzara, provincia de Herat, dejando al menos 76 personas fallecidas, entre ellas 17 menores de edad.

El vehículo colisionó con una motocicleta y un camión cisterna que transportaba combustible, lo que desató un incendio que consumió por completo el autobús. Testigos relataron que las llamas se propagaron en cuestión de segundos, atrapando a decenas de pasajeros sin posibilidad de escape.

Las autoridades locales confirmaron que únicamente tres personas sobrevivieron, aunque dos de ellas murieron horas después debido a las graves quemaduras. La policía atribuyó el accidente a la alta velocidad y negligencia del conductor del autobús.

El siniestro ocurre en un contexto de constantes retornos forzosos de migrantes afganos desde Irán, lo que ha generado mayor presión humanitaria en Afganistán. Según medios internacionales, la mayoría de las víctimas eran afganos recientemente deportados, que buscaban regresar a sus comunidades en medio de la inestabilidad económica y política del país.

Este hecho se considera uno de los accidentes de tráfico más mortales en Afganistán en la última década y expone nuevamente los graves problemas de infraestructura vial, la precariedad de los controles de tránsito y la falta de medidas de seguridad en el transporte público.

Equipos de rescate trabajaron durante toda la madrugada en la recuperación de los cuerpos y en la atención de los pocos sobrevivientes. La tragedia ha conmocionado a la nación y ha despertado llamados urgentes a reforzar las medidas de seguridad en las carreteras.