
Las fuertes tormentas que afectan a la capital de China y sus alrededores ya han dejado más de 30 muertos, decenas de desaparecidos y miles de familias sin hogar. La región más afectada es el distrito de Mentougou, en el oeste de Pekín, donde varias aldeas quedaron incomunicadas por la destrucción de carreteras y puentes.

De acuerdo con la agencia estatal Xinhua, más de 80,000 personas han sido evacuadas preventivamente en Pekín y Hebei, mientras cuadrillas de rescate trabajan sin descanso para auxiliar a quienes permanecen atrapados.
Las lluvias también dañaron gravemente el suministro eléctrico en varias áreas, provocando cortes de luz prolongados. Agricultores de Hebei reportan pérdidas totales en cultivos y ganado arrastrado por la corriente.

Las autoridades chinas han reiterado a la población la urgencia de no acercarse a zonas de ríos crecidos ni a montañas inestables, ante el temor de nuevos deslaves. Se espera que en los próximos días se mantengan fuertes precipitaciones, por lo que los equipos de rescate continúan reforzando diques y evacuando comunidades vulnerables.

Este evento extremo pone de manifiesto los desafíos del cambio climático para China, que cada año enfrenta tormentas y tifones más intensos que dejan miles de damnificados.